martes, 8 de octubre de 2019

CUANDO UN NIÑO NO PUEDE JUGAR COMO LOS DEMÁS

Existe un grupo de enfermedades reumáticas cuya principal característica es la inflamación de los músculos del cuerpo. A estas enfermedades se les conoce como Miopatías Inflamatorias; siendo las principales de este grupo: la Dermatomiositis Juvenil, la Polimiositis Juvenil, la Miopatía Necrotizante y la Miopatía por Cuerpos de Inclusión, aunque existen otras. En niños la más frecuente y la más importante es la Dermatiomiositis Juvenil.
La Dermatomiositis Juvenil es una enfermedad autoinmune sistémica que se caracteriza por la inflamación y necrosis de los vasos sanguíneos más pequeños que se encuentran en el organismo y que principalmente genera inflamación de la piel, los músculos y otros órganos del cuerpo.

No se sabe la causa de esta enfermedad, aunque como todas las enfermedades autoinmunes, existe un componente genético o hereditario que predispone a la persona a tener esta enfermedad y un componente ambiental que detona el inicio de dicha enfermedad, siendo los principalmente descritos para esta enfermedad, el Sol, las infecciones e incluso el Cáncer.

Lo más característico de esta enfermedad es que el niño o adolescente presente lesiones o marcas rojas o violacias en la piel, principalmente en los párpados, mejillas, hombros o superficies extensoras de las articulaciones de los dedos, codos, rodillas o tobillos así como debilidad muscular, presentándose en algunos niños de manera sutil con mucha fatiga o dificultad para caminar y en otros de manera más aparatosa con imposibilidad para levantar cosas o incluso en algunos dificultad para respirar. Realmente, la presentación es extremadamente vasta.

Esta enfermedad, igualmente tiene el potencial de inflamar otros órganos del cuerpo como los pulmones, el esófago o el corazón, entre otros, lo cual empeoran el pronóstico de estos pacientes. Cuando la inflamación de la piel y de los músculos no se controla adecuadamente, estos tejidos pueden quedar primeramente calcificados y tardíamente atróficos y consumidos.

El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad reumática es una urgencia aunque desgraciadamente con frecuencia se diagnostica de manera tardía por no sospecharse debido a su poca frecuencia. Todo niño o adolescente que curse con debilidad muscular es conveniente que sea evaluado por un reumatólogo pediatra certificado.