jueves, 28 de noviembre de 2019

CUANDO EL DIAGNÓSTICO NO ES TAN SENCILLO COMO SE PENSABA

En la entrada de hoy voy a hablar de manera general sobre un grupo de enfermedades reumáticas bastante infrecuentes pero indispensables de reconocer debido a su gravedad y complejidad: las Vasculitis Sistémicas Primarias.

Este es un grupo de enfermedades que se caracterizan por la inflamación (secundaria a una respuesta inmunológica del individuo) de los vasos sanguíneos, generalmente arterias aunque algunas pueden afectar los capilares (que son los vasos sanguíneos microscópicos más pequeños del organismo) y las venas y que genera múltiples síntomas que pueden ser leves o graves con una evolución rápida o muy lenta en el tiempo.

Las dos Vasculitis Sistémicas más frecuentes son la Vasculitis por IgA (Púrpura de Henoch-Schönlein) y la Enfermedad de Kawasaki, de las cuales ya he escrito previamente. Sin embargo, existen otras Vasculitis Sistémicas mucho menos frecuentes, siendo las principales la Poliarteritis Nodosa, las Vasculitis asociadas a ANCA, la Arteritis de Takayasu y la Enfermedad de Behcet, entre varias otras.

Existen Vasculitis Sistémicas que afectan a la arteria aorta o sus principales ramas (de grande vaso), otras que afectan predominantemente las arterias de tamaño mediano (las que entran a los órganos), otras que afectan a los vasos más pequeños y otras que tienen la capacidad de afectar cualquier tamaño de vaso. Por lo tanto, los signos, síntomas y complicaciones van a depender principalmente del tamaño de vaso sanguíneo inflamado y de los órganos o sistemas del organismo que se vean afectados.

Las causas no son conocidas, aunque existe un factor genético predisponente que se ve detonado por un factor ambiental, principalmente una infección previa. Algunas de estas vasculitis son de causa autoinmune y otras de causa autoinflamatoria.

Los principales síntomas son hipertensión arterial, lesiones de diferente tipo en la piel y en la boca y genitales, afección al pulmón, afección al riñón, afección al cerebro, aunque en realidad pueden afectar cualquier parte del cuerpo. Principalmente se sospechan en niños con enfermedad grave y que progresa rápidamente o en niños con enfermedad de curso crónico que tiene síntomas en diferentes sitios y que aparentemente no se relacionan entre sí y que no responden a los tratamientos recibidos.

Es importante que todo niño o adolescente que tenga síntomas graves o que no mejoran con los tratamientos habituales con afección a diferentes órganos se les descarte una Vasculitis Sistémica Primaria. Por lo tanto deben recibir la atención especializada de un reumatólogo pediatra certificado.

martes, 8 de octubre de 2019

CUANDO UN NIÑO NO PUEDE JUGAR COMO LOS DEMÁS

Existe un grupo de enfermedades reumáticas cuya principal característica es la inflamación de los músculos del cuerpo. A estas enfermedades se les conoce como Miopatías Inflamatorias; siendo las principales de este grupo: la Dermatomiositis Juvenil, la Polimiositis Juvenil, la Miopatía Necrotizante y la Miopatía por Cuerpos de Inclusión, aunque existen otras. En niños la más frecuente y la más importante es la Dermatiomiositis Juvenil.
La Dermatomiositis Juvenil es una enfermedad autoinmune sistémica que se caracteriza por la inflamación y necrosis de los vasos sanguíneos más pequeños que se encuentran en el organismo y que principalmente genera inflamación de la piel, los músculos y otros órganos del cuerpo.

No se sabe la causa de esta enfermedad, aunque como todas las enfermedades autoinmunes, existe un componente genético o hereditario que predispone a la persona a tener esta enfermedad y un componente ambiental que detona el inicio de dicha enfermedad, siendo los principalmente descritos para esta enfermedad, el Sol, las infecciones e incluso el Cáncer.

Lo más característico de esta enfermedad es que el niño o adolescente presente lesiones o marcas rojas o violacias en la piel, principalmente en los párpados, mejillas, hombros o superficies extensoras de las articulaciones de los dedos, codos, rodillas o tobillos así como debilidad muscular, presentándose en algunos niños de manera sutil con mucha fatiga o dificultad para caminar y en otros de manera más aparatosa con imposibilidad para levantar cosas o incluso en algunos dificultad para respirar. Realmente, la presentación es extremadamente vasta.

Esta enfermedad, igualmente tiene el potencial de inflamar otros órganos del cuerpo como los pulmones, el esófago o el corazón, entre otros, lo cual empeoran el pronóstico de estos pacientes. Cuando la inflamación de la piel y de los músculos no se controla adecuadamente, estos tejidos pueden quedar primeramente calcificados y tardíamente atróficos y consumidos.

El diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad reumática es una urgencia aunque desgraciadamente con frecuencia se diagnostica de manera tardía por no sospecharse debido a su poca frecuencia. Todo niño o adolescente que curse con debilidad muscular es conveniente que sea evaluado por un reumatólogo pediatra certificado.

sábado, 31 de agosto de 2019

¿QUIÉNES SON LOS NIÑOS SECOS?

Existe una enfermedad que se caracteriza por presentar síntomas de resequedad (entre muchos otros) en las personas que la padecen y se conoce como síndrome de Sjögren y aunque casi siempre se presenta en adultos de edad mediana, también puede presentarse en niños y adolescentes.


Esta es una enfermedad reumática autoinmune sistémica que ataca principalmente las glándulas exócrinas del cuerpo como lo son las glándulas salivales y lagrimales. Es decir que ocasiona resequedad de ojos, de boca (por lo tanto, caries dentales) y de vagina en las mujeres y en casos más graves puede ocasionar otras manifestaciones como artritis, afección de cerebro, pulmones, páncreas, riñones y otros órganos. En los niños el síntoma más frecuente (aunque no siempre está presente) es la inflamación de las parótidas (parotiditis) recurrente.

Esta es quizá la enfermedad reumática que más tiempo tarda en diagnosticarse y en ocasiones pasan muchos años para que una persona sepa que la padece porque muchas veces los síntomas son muy sutiles y no se les da la importancia debida. Cuando los síntomas son más graves habitualmente se le confunde con otras enfermedades reumáticas y no reumáticas.

Se desconoce la causa de esta enfermedad pero puede ser primaria, que es cuando la persona solamente tiene esta enfermedad, o secundaria cuando la persona desarrolla esta enfermedad como consecuencia de alguna que padece como lo puede ser la Artritis Idiopática Juvenil o el Lupus Eritematoso Sistémico.

Si su hijo(a) tiene inflamación recurrente de las parótidas, debe utilizar habitualmente gotas para la resequedad de los ojos, siempre los tiene rojos, tiene que tomar agua muy seguido por tener boca seca o en el caso de las niñas tiene secreción vaginal habitual, podría tratarse de un Síndrome de Sjögren y requerir una valoración por un Reumatólogo Pediatra.

Foto tomada de la American Academy of Ophthalmology.

martes, 16 de julio de 2019

UNA ENFERMEDAD REUMÁTICA FRECUENTE EN NIÑOS PERO POCO CONOCIDA


La vasculitis por IgA o como se le conocía antes del año 2012: Púrpura de Henoch-Schönlein, es la Vasculitis Sistémica Primaria más frecuente en Pediatría y que se presenta principalmente en niños pequeños entre los 4 y 8 años de edad, aunque se puede presentar en adolescentes e incluso en adultos. Se caracteriza por inflamación de los vasos sanguíneos pequeños debido a un depósito de inmunoglobulina A en las paredes de los mismos. Sin embargo, diagnosticarla no siempre es fácil sobretodo cuando se presenta en niños muy pequeños o en adolescentes ya que se puede confundir con otras enfermedades como el Edema Hemorrágico Agudo del Lactante o el Lupus Eritematoso Sistémico, respectivamente.

La causa de esta enfermedad es porque en personas que son genéticamente susceptibles, el organismo reacciona de manera exagerada a una infección previa de las vías respiratorias (entre 1 y 4 semanas antes), generando una respuesta autoinmune que inflama órganos y tejidos del cuerpo. El germen más frecuentemente implicado es la bacteria llamada: Estreptococo beta hemolítico del grupo A (la cual también ocasiona la Fiebre Reumática, la Artritis Reactiva Postestreptocóccica y la Glomerulonefritis Postestreptocóccica); aunque algunos virus también se encuentran involucrados. También se puede presentar después de una infección gastrointestinal o urinaria.

Sus principales características son: exantema clásico conformado por múltiples "ronchitas" de diferente tamaño, que se pueden tocar y que aparecen casi siempre en las nalgas y extremidades inferiores (conocida como distribución "en pantalon"); dolor abdominal de intensidad variable aunque casi siempre intenso y que puede o no acompañarse de sangre en las evacuaciones; dolor en las articulaciones o artritis casi siempre en las articulaciones grandes de las piernas como los tobillos y las rodillas; inflamación en el riñón con o sin sangre en la orina, la cual puede prolongarse y ser la única manifestación que persista por meses o años; se pueden presentar muchas otras manifestaciones menos frecuentes como lo son: inflamación en los testículos en los varones que les genera dolor, inflamación del páncreas, sangrados pulmonares o inflamación del cerebro que puede ocasionar convulsiones, entre otras. A veces, cuando el cuadro clínico es confuso, se tienen que realizar algunos estudios de sangre o incluso una biopsia de piel para estar seguros del diagnóstico.

A diferencia de lo que mucha gente piensa, no se trata de una patología hematológica ni infecciosa sino reumatológica ya que sucede por una inflamación de los vasos sanguíneos (vasculitis) en respuesta a una infección previa y no es ocasionada por plaquetas bajas ni alteraciones de la coagulación, por lo que el experto de esta enfermedad es el reumatólogo pediatra.

Casi siempre es benigna y autolimitada y no requiere más que tratamiento de soporte como antiinflamatorios como el Naproxeno, aunque en ocasiones puede tener complicaciones graves en alguno o varios órganos y requerir tratamiento inmunomodulador con esteroides u otros fármacos antirreumáticos, que es cuando los niños o adolescentes deben ser valorados por un reumatólogo pediatra. La inflamación del riñón (nefritis) se puede presentar hasta 6 meses después del cuadro inicial y puede no haber ningún otro síntoma al momento de iniciar esta, por lo que el seguimiento periódico se vuelve muy importante por al menos 6 meses después de haberse presentado la enfermedad. Cuando los niños presentan inflamación del riñón grave o persistente, deben ser valorados igualmente por un nefrólogo pediatra.


viernes, 28 de junio de 2019

LA HISTORIA DE LOS NIÑOS INCOMPRENDIDOS

                                   

Esta nueva entrada esta dedicada a la enfermedad reumática crónica más frecuente en Pediatría: La Artritis Idiopática Juvenil (AIJ). Los niños y adolescentes que sufren de esta enfermedad son muchas veces incomprendidos por familiares y médicos ya que se les considera exagerados, flojos, débiles y se piensa incluso que están fingiendo su dolor, o se les dice (muy equivocadamente) que tienen dolores normales "de crecimiento", todo esto mientras la artritis hace estragos en sus articulaciones y su organismo.

La AIJ, es un grupo de enfermedades inflamatorias (algunas autoinmunes y algunas autoinflamatorias) que se presentan en los niños y adolescentes y que casi siempre ocasionan artritis como su principal característica. Existen 7 tipos de AIJ en la clasificación vigente, aunque esta clasificación está por cambiar.

Artritis se refiere a la inflamación de las articulaciones, pudiendo ser cualquiera del cuerpo, tanto las grandes como las pequeñas y que dura al menos 6 semanas. Idiopática se refiere a que no sabemos la causa que ocasiona este grupo de enfermedades y que antes de diagnosticar esta enfermedad se deben descartar otras enfermedades que puedan ocasionar artritis. Juvenil se refiere a que inicia antes de los 16 años (en poco tiempo se cambiará a ser antes de los 18 años), pudiéndose afectar bebés tan pequeños como desde los 6 meses de edad.

La Artritis no es exclusiva de los adultos sino que en los niños es relativamente frecuente, pudiéndose afectar 1 de cada 1000 niños y adolescentes aunque se piensa que en realidad esta cifra es mayor pero en ocasiones se tarda mucho en llegar al diagnóstico por falta de sospecha de la misma. Mucha gente confunde la AIJ con la Artritis Reumatoide de los adultos, de hecho la AIJ dejó de llamarse Artritis Reumatoide Juvenil hace más de 20 años. De los 7 tipos de AIJ, solamente un tipo se considera similar a la del adulto. Otras pueden tener características similares a las artritis del adulto y otras son exclusivas de la edad pediátrica.

La clasificación vigente de la AIJ es la siguiente:
-AIJ Sistémica. Es más frecuente en niños pero se puede presentar en adultos con el nombre de "Enfermedad de Still del adulto". 
-AIJ oligoarticular que se subdivide en persistente y extendida. Afecta 4 o menos articulaciones. Propia de la edad pediátrica.
-AIJ poliarticular con Factor Reumatoide negativo. Afecta 5 o más articulaciones Propia de la edad pediátrica aunque se parece a la -Artritis Reumatoide seronegativa del adulto.
-AIJ poliarticular con factor reumatoide positivo. Afecta 5 o más articulaciones. Igual a la Artritis Reumatoide del adulto.
-Artritis relacionada a Entesitis. Casi siempre diferente a la Espondilitis Anquilosante del adulto aunque puede ser similar.
-Artritis Psoriásica. Casi siempre diferente a la Artritis Psoriásica del adulto aunque puede ser similar.
-Artritis indiferenciada.

Entendiendo lo anterior nos damos cuenta que el diagnóstico de estas enfermedades es muy complejo y complicado y por lo tanto se puede retrasar mucho el diagnóstico. En entradas diferentes les iré hablando sobre cada tipo de AIJ.

Los principales síntomas son los siguientes:
Dolor en las articulaciones, rígidez de articulaciones (como si estuviera oxidado), cojera, hinchazón de una, varias o muchas articulaciones (no siempre hay hinchazón evidente), fiebre, fatiga, pérdida de peso, exantema (salpullido) evanescente, entre muchos otros.

Todo niño con sospecha de AIJ o con artritis o dolores que no se conozca la causa debe ser valorado por un reumatólogo pediatra lo antes posible ya que existe tratamiento para estas enfermedades con el que se puede controlar eficazmente la artritis y evitar que se llegue a una deformidad permanente, logrando en muchos niños y adolescentes tener una vida prácticamente normal.

Si un niño o adolescente dice que le duelen las articulaciones es porque en verdad le duelen, no minimice los síntomas que su niño presenta.

miércoles, 12 de junio de 2019

UN INCENDIO QUE APAGAR

En esta entrada escribiré sobre una fascinante enfermedad reumática: la Enfermedad de Kawasaki.


El título de la entrada es porque efectivamente, si yo intentara explicar de una manera muy didáctica lo que es esta enfermedad, diría que es como un incendio por dentro del niño que urge apagar lo antes posible.

La Enfermedad de Kawasaki es una inflamación súbita, exagerada y grave de todo el organismo de causa aún no conocida que ocasiona inflamación de las arterias de cualquier tamaño aunque principalmente de las de tamaño mediano; por lo tanto, se trata de una enfermedad reumática que se ubica dentro del grupo de las Vasculitis Sistémicas Primarias. Aunque se ha propuesto que esta vasculitis es estimulada posterior a un evento infeccioso o que algún virus puede estar implicado en su desarrollo, la realidad es que esto no ha sido confirmado y su causa permanece desconocida.

El 80% de los casos se presentan en niños menores de 5 años de edad aunque se puede presentar incluso en adultos. Es más frecuente en población asiática aunque en este lado del mundo al parecer ha incrementado su frecuencia (o tal vez solo se diagnostique más que antes). La realidad es que se trata de una enfermedad relativamente frecuente en los niños.

Los principales síntomas que presentan son: fiebre alta y continua de al menos 5 días acompañada de 2 o más de los siguientes síntomas: ojos rojos; cambios en la boca como lengua roja, labios agrietados e incluso sangrantes, faringe enrojecida; cambios en las extremidades como, hinchazón de manos y pies, enrojecimiento de palmas y plantas, y después descamación de los dedos (desprendimiento de la piel); ronchas en el cuerpo (exantema), las cuales pueden ser de varios tipos; y ganglio crecido en el cuello. Existen otros síntomas como son: inflamación del sitio de vacunación contra la tuberculosis en el brazo derecho, enrojecimiento y descamación de la zona del pañal, dolor abdominal, irritabilidad y dolor de cabeza o incluso se puede afectar cualquier órgano del cuerpo.

En los estudios de laboratorio podemos encontrar muchas alteraciones que le indican al médico que hay una inflamación muy grave en el organismo, siendo lo más característico la elevación del número de glóbulos blancos y de las plaquetas, motivo por el cual muchas veces se confunde con una infección.

Existen varias complicaciones de un niño que presenta Enfermedad de Kawasaki aunque la más temida es el infarto del corazón el cual sucede porque se altera la forma de las arterias coronarias (que son las que oxigenan el mismo corazón) mediante la formación de aneurismas coronarios (sacos anormales).

Es indispensable que los niños con Enfermedad de Kawasaki sean diagnosticados y tratados de manera rápida dentro de los primeros 10 días de la enfermedad y mejor aún, dentro de los primeros 7 días. La realidad es que es un reto diagnóstico incluso para los reumatólogos pediatras más experimentados y que desgraciadamente aún siguen habiendo muchos niños que son tratados sin tener la enfermedad, o lo que es peor, que no son diagnosticados a tiempo cuando sí la tienen. Por lo tanto, todo niño con sospecha de Enfermedad de Kawasaki debe ser valorado por un reumatólogo pediatra y por un cardiólogo pediatra para que evalúe si existen o no alteraciones La realidad es que es un reto diagnóstico incluso para los reumatólogos pediatras más experimentados y que desgraciadamente aún siguen habiendo muchos niños que son tratados sin tener la enfermedad, o lo que es peor, que no son diagnosticados a tiempo cuando sí la tienen.e las arterias coronarias.

Si su hijo(a) tiene fiebre por 5 o más días y algunos de los síntomas mencionados anteriormente no lo tome a la ligera, pudiera tratarse de una Enfermedad de Kawasaki.

martes, 7 de mayo de 2019

"LA GRAN IMITADORA"



El día de hoy y acorde al mes en el que nos encontramos (Mayo = mes de la concientización del Lupus) les quiero hablar brevemente sobre la que considero es la enfermedad más fascinante de la medicina: El Lupus Eritematoso Sistémico, conocida en el mundo de la medicina como "La Gran Imitadora", dicho "apodo" se debe a que es una enfermedad difícil de diagnosticar, que se puede presentar de muchas maneras y que puede simular y confundirse con muchas otras enfermedades infecciosas, inflamatorias o malignas.

El Lupus, es una enfermedad relativamente poco frecuente, se presentan aproximadamente de 1 a 3 nuevos casos por cada 100,000 personas por año (aunque cada vez es más diagnosticada) y que inicia antes de los 18 años de edad en un 15-20% de los casos (que es cuando nos compete a los reumatólogos pediatras), incluso existen casos descritos en menores de 2 años de edad.

Lupus significa "lobo" y adquirió ese nombre debido a que antes se utilizaba para identificar a todas las personas que tenían exantema (salpullido) en la cara y que se pensaba que eran hombres lobo. Precisamente, el exantema o eritema malar (en las mejillas y sobre la nariz, también conocido como en "alas de mariposa") es una de las características más conocidas del Lupus.

Se trata de una enfermedad autoinmune y autoinflamatoria (ver entradas de abril), sistémica (que puede afectar varios órganos y sistemas del cuerpo al mismo tiempo), que puede tener una presentación desde leve durante varios meses hasta mortal en pocos días. En niños y adolescentes lo más frecuente es que su presentación sea grave.

Se desconoce las causas que originan en Lupus pero se han relacionado algunos detonantes como la exposición al sol, tintes para el cabello, algunos alimentos y factores hormonales (es bastante más frecuente en mujeres que en hombres), entre otros; siempre y cuando la persona tenga la predisposición genética heredada para padecer la enfermedad. Pero a ciencia cierta no se sabe bien qué es lo que la ocasiona.

Una persona que padece de Lupus puede empezar con síntomas muy inespecíficos como la fatiga, la presencia de lesiones en la piel (sobretodo en la cara), caída de cabello abundante, dolores musculares y articulares, dolor de cabeza constante e hinchazón de algunas partes del cuerpo; aunque en casos graves, en muy pocos días puede presentar también cambios en el comportamiento, alucinaciones, convulsiones, dificultad para respirar, insuficiencia renal, alteraciones de la glándula tiroides, anemia, plaquetas bajas y sangrados, entre muchas otras manifestaciones. En resumen, se puede afectar cualquier parte del cuerpo, pudiendo ocasionar prácticamente cualquier manifestación de cualquier enfermedad conocida. Su diagnóstico puede ser difícil y se requieren también de estudios de laboratorio poco comunes y que muchas veces son difíciles de interpretar.

El Lupus Eritematoso Sistémico en Pediatría es una enfermedad muy compleja que no se cura pero que se puede controlar con un tratamiento adecuado guiado NECESARIAMENTE por un reumatólogo pediatra pero que también debe apoyarse por otros subespecialistas pediátricos de acuerdo a las manifestaciones que el paciente presente como pueden ser los nefrólogos, dermatólogos, neurólogos, neumólogos, endocrinólogos e intensivistas, entre algunos otros. El tratamiento se decide dependiendo de las manifestaciones que presente cada niño o adolescente pero en general se utilizan esteroides (lo que la gente conoce como "cortisona") y otros medicamentos intravenosos y/o tomados que modifican el sistema inmunológico y que son difíciles y delicados de utilizar (de ahí la necesidad de un reumatólogo pediatra para guiar el tratamiento de estos niños y adolescentes).

Finalmente, aludiendo al objetivo de este mes con respecto a esta enfermedad, me gustaría comentar que muchas veces los niños y adolescentes que han debutado con ella llegan después de muchos meses o incluso años de tener síntomas al reumatólogo pediatra. Es por eso que es importante que los médicos sospechen de esta enfermedad y que la población en general sepa de su existencia ya que el pronóstico y desenlace mejora notablemente cuando se diagnostica a tiempo. Un niño que tiene muchas manifestaciones poco frecuentes, que parecen no tener nada que ver entre sí y que no responde a tratamientos habituales sino que por el contrario se agrava mientras más tiempo pasa, pudiera tener Lupus y debe ser valorado por un reumatólogo pediatra.


miércoles, 24 de abril de 2019

LOS SÍNDROMES AUTOINFLAMATORIOS EN PEDIATRÍA

El día de hoy quiero hablarles de manera muy general sobre un grupo de enfermedades muy poco conocidas en nuestro país tanto por la gente en general como incluso por muchos médicos: Los síndromes autoinflamatorios.

Los síndromes autoinflamatorios, son un grupo de enfermedades reumáticas que se caracterizan por la mala regulación del sistema inmune innato y que ocasionan una inflamación súbita y grave de todo el organismo, que muchas veces remite en pocos días pero que vuelve a suceder de manera recurrente.

El sistema inmune innato, es aquella parte de nuestro sistema de defensas que todos tenemos desde que nacemos, que no necesita exponerse a ningún tipo de germen para ser efectiva (como lo es el sistema inmune adaptativo) y que actúa contra los gérmenes más elementales que existen.

A diferencia de las enfermedades autoinmunes en las que se activa el sistema inmune adaptativo, en este grupo de enfermedades no se crean aquellas sustancias que le hacen daño al organismo (autoanticuerpos) sino que simplemente hay una inflamación exagerada (la inflamación es a nivel molecular, no se observa en la persona más que por algunos síntomas que comentaré) y por lo tanto el diagnóstico y el tratamiento son mucho más difíciles.

Los síndromes autoinflamatorios casi siempre suceden por una mutación genética con la que las personas nacen pero no todas se manifiestan en los primeros años de vida, muchas veces (aunque no siempre) pueden estar afectados varios miembros de la familia o tener la mutación pero no manifestar la enfermedad y por lo tanto pasar desapercibido. No se sabe a ciencia cierta qué tiene que suceder para que una persona pueda manifestar la enfermedad. Este tipo de enfermedades son más frecuentes en Europa pero se ha visto que en realidad se presentan en todo el mundo y que muchas veces no se diagnostican porque no se conoce de su existencia.

Las principales manifestaciones de los niños y adolescentes con este tipo de enfermedades son:
Fiebre: La cual puede ser constante o ser de pocas horas a días de duración y aparecer de forma periódica o recurrente, es decir cada mes, cada 3 meses, cada 6 meses o sin un patrón específico.
Exantema: Es decir, ronchas en el cuerpo o "salpullido", el cual puede o no ocasionar comezón y casi siempre se confunde con una urticaria.
Artritis o dolor articular: Inflamación de las articulaciones que normalmente sólo se presenta con los episodios de fiebre.
Dolor abdominal: Súbito, intenso y casi siempre con los episodios de fiebre.
Pueden dar muchos otros síntomas como heridas en la boca, ganglios crecidos, hígado y bazo crecidos, etc.

Los principales síndromes autoinflamatorios en Pediatría son los siguientes:
-Artritis Idiopática Juvenil de variedad sistémica.
-Enfermedad de Kawasaki.
-Enfermedad de Behcet.
-PFAPA (Fiebre periódica, Estomatitis Aftosa, Faringitis y Adenitis). El cual es el más frecuente en niños pequeños.
-Fiebre Mediterránea Familiar. El cual es el más frecuente en adolescentes y adultos.
-CAPS (Síndromes de Fiebre Periódica asociados a Criopirinas).
-Osteomielitis Crónica no Bacteriana.
-Síndrome de Blau o Sarcoidosis de inicio temprano.
-TRAPS (Síndrome de fiebre periódica asociado al Factor de Necrosis Tumoral).
-PAPA (Síndrome de Artritis piógena, Pyoderma gangrenoso y acné).
-Muchos otros.

Para poder llegar al diagnóstico y establecer un tratamiento adecuado, los niños con sospecha de alguno de estos síndromes deben ser enviados al reumatólogo pediatra ya que su abordaje es sumamente complicado. Las mejores pistas para sospecharlos son que un niño o adolescente presente episodios relativamente frecuentes de fiebre de pocos días de duración con mucho malestar general, con inflamación muy importante (que se puede corroborar con estudios de sangre) y que no se encuentre una causa específica para esos síntomas, muchas veces se confunden con infecciones y se les da tratamientos con antibióticos u otros medicamentos. Lo mejor antes de acudir al médico es que los padres elaboren un calendario de la fiebre especificando el día de aparición, el día de término, la duración de la misma, el grado de la misma y si tenía algún otro síntoma acompañante durante la fiebre ya que casi siempre el diagnóstico se puede realizar después de varios meses de evolución.

Para concluir, me gustaría dejar muy en claro que no toda fiebre en un niño y adolescente es a causa de una infección y que cuando los episodios se presentan "fuera de lo común" requieren un abordaje especial y pensar en enfermedades "fuera de lo común". Estoy convencido de que muchos niños y adolescentes pueden tener estas enfermedades sin saberlo ya que en la práctica los he visto llegar a Reumatología Pediátrica después de varios años de evolución.

domingo, 14 de abril de 2019

LAS ENFERMEDADES AUTOINMUNES EN PEDIATRÍA

Algunos han escuchado hablar sobre las enfermedades autoinmunes y otros muy probablemente no.

Me gustaría empezar mencionando lo que no son las enfermedades autoinmunes:
-No son infecciones.
-No son contagiosas.
-No son enfermedades genéticas y por lo tanto no son hereditarias, aunque sí puede existir una predisposición a padecerlas.
-No son exclusivas de los adultos.
-No todas son raras.
-No son intratables, pero muchas tampoco son curables.

Las enfermedades autoinmunes son un grupo de enfermedades que se caracterizan por la producción de unas sustancias en el organismo llamadas autoanticuerpos que van a estimular que nuestro sistema inmunológico (el que se encarga de defendernos de las infecciones, entre muchas otras funciones) empiece a atacar e inflamar nuestros órganos y tejidos en el cuerpo ya que los reconoce como "extraños" (por decirlo de una manera muy simplista).

Existen enfermedades autoinmunes que se limitan a afectar un sólo órgano o tejido y otras que pueden afectar varios al mismo tiempo e incluso a todo el organismo en un mismo momento. Absolutamente cualquier parte del cuerpo se puede ver afectada pero lo más frecuente es que afecten a la glándula tiroides, la piel, las articulaciones y los riñones. Las enfermedades que afectan un sólo órgano casi siempre son tratadas por los especialistas de un área específica y las que afectan al sistema músculo-esquelético o las que afectan a varios órganos (que se conocen como sistémicas) son tratadas por el reumatólogo pediatra. La enfermedad autoinmune por excelencia es el Lupus Eritematoso Sistémico, que es una enfermedad reumática sobre la que luego les hablaré.

No se sabe a ciencia cierta por qué suceden las enfermedades autoinmunes pero sí se sabe que para que una persona adquiera una de ellas tienen que suceder al menos 3 cosas:
1. Tener cierta predisposición a padecerlas, la cual viene de sus antecedentes en la familia (pero no son enfermedades hereditarias como muchos otros síndromes), es decir que un niño de padres con una enfermedad autoinmune tiene más riesgo de tenerla que otro que nadie de su familia ha padecido una enfermedad de este tipo. Sin embargo, lo anterior no es suficiente para padecerla ni tampoco significa que porque nadie de su familia la haya desarrollado antes no puedan tener la predisposición genética.
2. Existir un factor ambiental que pueda detonar el inicio de la enfermedad, es decir, estimular al sistema inmunológico para que empiece a atacarnos. Los factores ambientales que se han descrito en algunas enfermedades autoinmunes son: las infecciones, los traumatismos, el sol, algunos alimentos (aunque no hay evidencia franca), los tintes para el cabello, entre otros. Como comenté antes, no se trata de una enfermedad infecciosa pero sí, una infección en el cuerpo incluso las leves, pueden hacer que unas semanas después se inicie la enfermedad autoinmune ya que la infección se haya curado. Sí la persona no tiene la predisposición genética, aunque se exponga a factores desencadenantes descritos no desarrollará la enfermedad.
3. Que el sistema inmunológico se encuentre susceptible de alterarse. Esta última se relaciona mucho con la anterior pero no es exactamente lo mismo. Se refiere más bien a que un individuo genéticamente susceptible se enfrente a un factor ambiental desencadenante en el momento menos indicado, pudiera ser por algún tratamiento médico, por una mala nutrición (incluyendo la obesidad), por estrés, o por otras causas.

Muchas de ellas no se tratan de enfermedades raras. Se estima que en su conjunto, son igual de frecuentes que el cáncer, aunque en Estados Unidos de Norteamérica en el 2018 hubo más nuevos casos de enfermedades autoinmunes que de cáncer. Redondeando un poco los datos podemos decir que aproximadamente 1 de cada 100 niños o adolescentes va a tener alguna. Parece que la frecuencia va en aumento pero quizá solamente se diagnostican más que antes.

Entre la extensa variedad de enfermedades autoinmunes, hay algunas que son curables y otras que solamente son controlables pero existe tratamiento para todas ellas, sin embargo, este es muy complejo y requiere de un seguimiento periódico, estrecho y estricto. Algunas de las enfermedades autoinmunes más frecuentes en Pediatría son: Tiroiditis de Hashimoto, Artritis Idiopática Juvenil, Vasculitis por IgA (Púrpura de Henoch-Schönlein), Trombocitopenia Inmune Primaria, Psoriasis, Diabetes Mellitus tipo 1, entre muchas otras.

Finalmente, me gustaría recalcar que los niños de cualquier edad las pueden padecer, desde recién nacidos hasta adolescentes y desgraciadamente cuando se presentan en la edad pediátrica, en general son más graves que en la edad adulta (aunque se pueden presentar muy levemente y con pocos síntomas hasta muy graves que puedan llevar a la muerte en pocos días) y tienen características exclusivas ya que los niños se encuentran en crecimiento y desarrollo y su sistema inmunológico aún no se está completamente desarrollado. Estos niños y adolescentes deben ser atendidos por pediatras y subespecialistas pediátricos certificados.


Si tienen dudas específicas con mucho gusto se las responderé en la sección de comentarios.

miércoles, 10 de abril de 2019

EL MÉDICO IDEAL PARA MI HIJO(A)


La elección del médico que atenderá a su hijo(a) es una decisión sumamente importante y complicada ya que esto va a repercutir en el diagnóstico, tratamiento y desenlace del problema que lo llevo a buscar a un médico. Les comparto algunos "tips" que les pueden ser de utilidad para dicho propósito:
1. Olvidarse de algunos mitos que la gente suele creer al momento de elegir médico (ver la publicación previa).
2. Asegurarse de que el especialista al que se está visitando es el especialista adecuado. En primera instancia lo más recomendable es acudir con un médico pediatra (sea subespecialista o no) y en caso necesario el lo podrá derivar a algún otro subespecialista si fuera necesario. En ocasiones igualmente puede ser válido acudir directamente al subespecialista cuando el problema es muy evidente, por ejemplo: convulsiones con el Neurólogo Pediatra, artritis con el Reumatólogo Pediatra, etc.
3. Maneras de verificar si el médico es el especialista adecuado:
a) Verificar títulos profesionales. Normalmente la mayoría de los médicos tienen en su consultorio colgados sus títulos profesionales. Debe tener un título con fotografía y expedido por una universidad reconocida para cada especialidad que ostente. En caso de encontrarse en trámite, el médico debe contar al menos con un diploma de la institución donde cursó la especialidad.
b) Verificar cédulas profesionales. La mejor manera de hacerlo es entrando a la página del Registro Nacional de Profesionistas de la SEP y escribir el nombre del médico, posteriormente verificar que cada una de las especialidades que dice tener cuenta con un número de cédula profesional. Por ejemplo, si un médico dice ser Neurólogo Pediatra, debe contar al menos con 3 cédulas profesionales: una de Médico General, una de Pediatra y otra de Neurología Pediátrica. Existe la posibilidad de que la última cédula aún esté en trámite y que por eso no la encuentre, ya que muchas veces puede tardar hasta más de un año dicho trámite, en estos casos les ayudará el siguiente punto.
c) Verificar que el médico cuente con una certificación por el consejo correspondiente para cada especialidad que ostente. La certificación sirve para demostrar que el médico en cuestión tiene los conocimientos necesarios en un área determinada para otorgar una atención confiable y se actualiza cada 5 años. A todos los médicos especialistas y subespecialistas nos entregan un certificado con fotografía cuando acreditamos el examen de certificación que se realiza al término de la especialidad y subespecialidad, el cual igualmente debería encontrarse colgado en el consultorio o en su defecto, puede entrar a las páginas de internet de los consejos (por ejemplo, Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría, Consejo Mexicano de Reumatología, etc.) y buscar el nombre del médico en el directorio. La desventaja es que muchas veces no se encuentran actualizados, sobretodo en los médicos que se certificaron durante el último año.
4. Tener un médico de cabecera que sea de su entera confianza. El le podrá ayudar a distinguir si un médico en verdad es lo que dice ser.
5. Si quiere acudir con un subespecialista pediátrico verifique que después del nombre de la subespecialidad aparezca la palabra "PEDIÁTRICA". En todos sus documentos (título, cédula, certificación) debe aparecer así, por ejemplo: Reumatólogía PEDIÁTRICA, Dermatología PEDIÁTRICA, Cardiólogía PEDIÁTRICA, etc. Si no aparece la palabra "pediátrica" significa que se trata de un especialista de adultos y que por lo tanto, no está capacitado para atender niños y adolescentes. Todas las especialidades médicas tienen su homónimo en Pediatría, solamente en el caso de los psiquiatras el término es "paidopsiquiatra".
6. Haber tomado un curso no es suficiente para ser experto en el área. Hay muchos médicos que tienen en sus consultorios diplomas de congresos o cursos a los que han asistido. Lo que hace experto a un médico es haber cursado la especialidad o subespecialidad correspondiente en un hospital reconocido y avalado por una universidad y por el consejo de certificación las cuales tienen años de duración. Los cursos aunque sean de meses no hacen experto al que los toma.
7. Confiar en su instinto. Si usted considera que algo puede no estar bien con un médico investigue sus documentos legales para saber si en verdad es lo que dice ser. Aunque son la gran minoría de los médicos, desgraciadamente sucede en ocasiones que especialistas de adultos atienden a pacientes pediátricos, otros que atienden enfermedades que no son de su área, eso sucede a menudo en mi área (Reumatología Pediátrica), incluso a veces sucede que médicos generales, familiares u otros especialistas se venden como "diabetólogos" u otras especialidades que no tienen. En las áreas de estética es muy común.
Aunque estas sólo son algunas recomendaciones, al final los que tienen la última palabra son los papás al momento de confiarle la salud de sus pequeños a un médico.

MITOS AL MOMENTO DE ELEGIR MÉDICO

Muchas veces los papás tienen dificultades al momento de elegir al médico que atenderá a sus hijos para determinados problemas o en determinadas circunstancias. Y es que para la gente que no está familiarizada con el área de la salud es una decisión realmente difícil (incluso muchas veces para los que sí lo estamos).

Existen algunos algunos mitos que pueden influir en esta decisión:

Mito: Que el médico no sea ni muy joven ni muy viejo.
Realidad: La edad no tiene mucho que ver con respecto al conocimiento del médico en cuestión. En Medicina importa mucho más la evidencia que la experiencia, y cuando un médico especialista joven inicia sus labores formales, ha cursado al menos 6-7 años de medicina general, 3-5 años de especialidad y si es subespecialista, 2-4 años más de formación de tiempo completo y presencial con el paciente. Es decir entre 9 y 15 años de estudio en los cuales ha visto muchísimos pacientes y muchísimas patologías, y obviamente, leído miles y miles de páginas de información. Por otro lado, también es falso que mientras más tiempo pase, los médicos se encuentran más desactualizados, especialmente en las subespecialidades, la mayoría de médicos tratan de estar al día en la información nueva. Los médicos mayores, mientras conserven sus facultades mentales en el mejor estado posible, no tienen porque ser poco confiables, cada quien sabe su momento ideal para retirarse. ¡Hay excelentes médicos de todas las edades!

Mito: El médico más famoso es el mejor.
Realidad: Completa y absoluta falsedad, muchas veces el médico más conocido es el que ha logrado crear una buena mercadotecnia o al que más se le facilita relacionarse con las personas, o incluso el que ha tenido suerte. Por supuesto, hay médicos muy conocidos que son excelentes. La capacidad profesional no tiene que ver con el número de pacientes que se tiene o con el lugar en donde alguien tiene su consultorio o donde trabaja.

Mito: Mientras más cara la consulta, mejor es el médico.
Realidad: Similar al punto anterior.

Mito: Los médicos que atienden de manera privada son mejores que los que atienden en las instituciones públicas.
Realidad: Otro mito muy esparcido. Tanto en la medicina privada como en la institucional hay excelentes médicos. Muchas veces en la medicina institucional no pueden demostrarse completamente por falta de recursos, por volumen de pacientes u otras situaciones que son difíciles de controlar. Algo muy importante que se debe aclarar es que, sin lugar a dudas, en la medicina institucional llegan los pacientes más complejos y complicados, lo que incrementa su dificultad para tratarlos y por lo tanto la posibilidad de un mal desenlace.

Mito: Existen médicos que pueden hacer de todo o que curan todo.
Realidad: Si un médico se vende como un "todólogo" hay que desconfiar. No existen médicos perfectos. Sin lugar a dudas, todos nos podemos equivocar (obvio siempre estamos en preparación continua para que las equivocaciones sean las mínimas y las menos graves, pero nadie está exento). A veces es mejor que en determinada circunstancia un médico reconozca ante su paciente que necesita ayuda de alguien más experto que el en una determinada área y si un médico lo hace con usted lo correcto no es desconfiar sino agradecerle una referencia oportuna a otro especialista. La medicina es tan amplia que ni los subespecialistas lo sabemos absolutamente todo de nuestra área y a veces tenemos que ir a buscar información, discutir algunos casos con otros colegas o incluso solicitar una segunda opinión. Si alguien presume de saberlo todo definitivamente desconoce de mucho.

Y para finalizar, les dejo un mito de mi especialidad troncal (la Pediatría).

Mito: Solamente existen los pediatras, si mi hijo tiene algo muy complejo tengo que ir con otros especialistas.
Realidad: Existimos también los subespecialistas pediátricos. Es decir, que después de terminar la especialidad de Pediatría hicimos 2-4 años más de residencia médica en un área específica de la Pediatría. Entonces, así como existe el reumatólogo, el cardiólogo, el dermatólogo, etc. También existe el reumatólogo pediatra, el cardiólogo pediatra, el dermatólogo pediatra, etc. Por lo tanto, todos los niños y adolescentes deben ser atendidos por pediatras y subespecialistas pediátricos y no por especialistas de adultos, las enfermedades son diferentes y se manifiestan diferente. Como comenté todos los subespecialistas pediátricos igual somos pediatras (como cualquier otro pediatra). Es falso también, que sea mejor acudir directamente con un subespecialista pediátrico, para nada, si usted acude con un pediatra que decidió no formarse en un área en específico, usted está en lo correcto, si en algún momento el pediatra considera que su hijo(a) necesita la valoración de un subespecialista pediátrico seguramente lo enviará y por otro lado, los subespecialistas pediátricos también podemos ver y tratar las cosas habituales que trata cualquier pediatra (aunque algunos han decidido dedicarse sólo a su área y es muy respetable).

Estos son algunos mitos que he escuchado. Los invito a poner en los comentarios otros mitos que consideren y con gusto se los aclararé.

viernes, 5 de abril de 2019

Reumatología... ¿Pediátrica?

En esta primera entrada de mi blog, escribiré brevemente sobre lo que es esta fascinante y poco conocida rama de la Pediatría llamada: Reumatología Pediátrica.


La Reumatología en general incluso, es un área muy poco conocida de la medicina, aunque la mayoría de la gente sabe que a las personas les pueden dar "los reumas" o el famoso "reumatismo". Sin embargo, casi nadie sabe que en los niños y adolescentes también pueden presentarse las enfermedades reumáticas.

Exi
sten varias maneras de definir la Reumatología Pediátrica, pero en términos generales, se puede decir que es la rama de la Pediatría que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades no quirúrgicas del sistema músculo-esquelético del tejido conectivo, es decir, de las enfermedades autoinmunes y autoinflamatorias sistémicas en los niños y adolescentes (de los 0-21 años de edad). Es una rama complejísima y relativamente joven, que actualmente está teniendo gran auge en el mundo pero que en los países en vías de desarrollo aún no se le va la importancia que amerita. Se estima que 1 de cada mil niños va a presentar artritis (que es la enfermedad reumática más común en Pediatría)


El concepto de "no quirúrgico" es importante ya que mucha gente no entiende la diferencia entre los médicos quirúrgicos y los médicos clínicos. Los reumatólogos tanto de adultos como pediátricos somos médicos clínicos, es decir, primordialmente diagnosticamos y tratamos las enfermedades con medicamentos. El equivalente quirúrgico de un reumatólogo sería un traumatólogo-ortopedista quienes son médicos primordialmente quirúrgicos y que por lo tanto, son los que se dedican a tratar las enfermedades quirúrgicas del sistema músculo-esquelético (todo lo que requiera cirugía) como por ejemplo las fracturas, la escoliosis, reparaciones de ligamentos, entre muchas otras patologías. Muchas veces hay confusión y cuando un niño tiene dolor articular es llevado con un médico quirúrgico en lugar de con uno clínico.


Existen más de 200 enfermedades reumáticas que se pueden presentar en niños y adolescentes, entre las principales, se encuentran las siguientes:

-Artritis Idiopática Juvenil (antiguamente conocida como Artritis Reumatoide Juvenil).
-Otros tipos de artritis (artritis reactivas, artritis séptica, etc.).
-Las vasculitis sistémicas (siendo las principales la vasculitis por IgA o Púrpura de Henoch-Schönlein y la Enfermedad de Kawasaki) y muchos otros tipos de vasculitis más raras.
-Lupus Eritematoso Sistémico juvenil.
-Lupus cutáneo.
-Lupus neonatal.
-Miopatías Inflamatorias (siendo la principal la Dermatomiositis juvenil).
-Esclerosis Sistémica.
-Esclerodermia Localizada (Morfea).
-Enfermedad Mixta del Tejido Conectivo.
-Sarcoidosis.
-Síndrome de Sjögren.
-Síndrome Antifosfolípido.
-Fiebre Reumática.
-Fibromialgia y síndromes de amplificación del dolor.
-Síndromes de Fiebre Periódica o Recurrente (Síndromes autoinflamatorios febriles).
-Otros síndromes autoinflamatorios no febriles.
-Uveitis.
-Osteoporosis.
-Entre muchas otras menos frecuentes.

Igualmente los reumatólogos pediatras podemos colaborar vigilando y guiando el tratamiento inmunosupresor que instauren otros médicos para enfermedades dermatológicas, neurológicas, hematológicas, etc. Y también realizamos drenajes e infiltraciones en las articulaciones y ligamentos.


Más adelante les hablaré sobre lo que son las enfermedades autoinmunes, las enfermedades autoinflamatorios y profundizaremos un poco en cada una de las enfermedades reumáticas más importantes en las que los reumatólogos pediatras somos expertos.


Para finalizar, me gustaría comentar que los reumatólogos pediatras somos los únicos capacitados para guiar el tratamiento de los niños con las enfermedades mencionadas anteriormente y al menos en mi país (México) los únicos autorizados legalmente para este propósito (es decir, certificados por el Consejo Nacional de Certificación de Especialidades Médicas). Claro está que nos apoyamos de los pediatras para el seguimiento de nuestros niños, como por ejemplo en lo que concierne a su desarrollo y nutrición, esquema de vacunación, presencia de infecciones, entre muchos otros, y también nos apoyamos de otros subespecialistas para manejo de comorbilidades y complicaciones como pueden ser los nefrólogos pediatras, dermatólogos pediatras, cardiólogos pediatras, neurólogos pediatras, etc.


Los niños y adolescentes no son adultos en chiquito y las enfermedades se presentan con características pecualiares en ellos. Sin lugar a dudas, si su hijo tiene sospecha de una enfermedad reumática, debe ser valorado por un reumatólogo pediatra certificado.