miércoles, 10 de abril de 2019

EL MÉDICO IDEAL PARA MI HIJO(A)


La elección del médico que atenderá a su hijo(a) es una decisión sumamente importante y complicada ya que esto va a repercutir en el diagnóstico, tratamiento y desenlace del problema que lo llevo a buscar a un médico. Les comparto algunos "tips" que les pueden ser de utilidad para dicho propósito:
1. Olvidarse de algunos mitos que la gente suele creer al momento de elegir médico (ver la publicación previa).
2. Asegurarse de que el especialista al que se está visitando es el especialista adecuado. En primera instancia lo más recomendable es acudir con un médico pediatra (sea subespecialista o no) y en caso necesario el lo podrá derivar a algún otro subespecialista si fuera necesario. En ocasiones igualmente puede ser válido acudir directamente al subespecialista cuando el problema es muy evidente, por ejemplo: convulsiones con el Neurólogo Pediatra, artritis con el Reumatólogo Pediatra, etc.
3. Maneras de verificar si el médico es el especialista adecuado:
a) Verificar títulos profesionales. Normalmente la mayoría de los médicos tienen en su consultorio colgados sus títulos profesionales. Debe tener un título con fotografía y expedido por una universidad reconocida para cada especialidad que ostente. En caso de encontrarse en trámite, el médico debe contar al menos con un diploma de la institución donde cursó la especialidad.
b) Verificar cédulas profesionales. La mejor manera de hacerlo es entrando a la página del Registro Nacional de Profesionistas de la SEP y escribir el nombre del médico, posteriormente verificar que cada una de las especialidades que dice tener cuenta con un número de cédula profesional. Por ejemplo, si un médico dice ser Neurólogo Pediatra, debe contar al menos con 3 cédulas profesionales: una de Médico General, una de Pediatra y otra de Neurología Pediátrica. Existe la posibilidad de que la última cédula aún esté en trámite y que por eso no la encuentre, ya que muchas veces puede tardar hasta más de un año dicho trámite, en estos casos les ayudará el siguiente punto.
c) Verificar que el médico cuente con una certificación por el consejo correspondiente para cada especialidad que ostente. La certificación sirve para demostrar que el médico en cuestión tiene los conocimientos necesarios en un área determinada para otorgar una atención confiable y se actualiza cada 5 años. A todos los médicos especialistas y subespecialistas nos entregan un certificado con fotografía cuando acreditamos el examen de certificación que se realiza al término de la especialidad y subespecialidad, el cual igualmente debería encontrarse colgado en el consultorio o en su defecto, puede entrar a las páginas de internet de los consejos (por ejemplo, Consejo Mexicano de Certificación en Pediatría, Consejo Mexicano de Reumatología, etc.) y buscar el nombre del médico en el directorio. La desventaja es que muchas veces no se encuentran actualizados, sobretodo en los médicos que se certificaron durante el último año.
4. Tener un médico de cabecera que sea de su entera confianza. El le podrá ayudar a distinguir si un médico en verdad es lo que dice ser.
5. Si quiere acudir con un subespecialista pediátrico verifique que después del nombre de la subespecialidad aparezca la palabra "PEDIÁTRICA". En todos sus documentos (título, cédula, certificación) debe aparecer así, por ejemplo: Reumatólogía PEDIÁTRICA, Dermatología PEDIÁTRICA, Cardiólogía PEDIÁTRICA, etc. Si no aparece la palabra "pediátrica" significa que se trata de un especialista de adultos y que por lo tanto, no está capacitado para atender niños y adolescentes. Todas las especialidades médicas tienen su homónimo en Pediatría, solamente en el caso de los psiquiatras el término es "paidopsiquiatra".
6. Haber tomado un curso no es suficiente para ser experto en el área. Hay muchos médicos que tienen en sus consultorios diplomas de congresos o cursos a los que han asistido. Lo que hace experto a un médico es haber cursado la especialidad o subespecialidad correspondiente en un hospital reconocido y avalado por una universidad y por el consejo de certificación las cuales tienen años de duración. Los cursos aunque sean de meses no hacen experto al que los toma.
7. Confiar en su instinto. Si usted considera que algo puede no estar bien con un médico investigue sus documentos legales para saber si en verdad es lo que dice ser. Aunque son la gran minoría de los médicos, desgraciadamente sucede en ocasiones que especialistas de adultos atienden a pacientes pediátricos, otros que atienden enfermedades que no son de su área, eso sucede a menudo en mi área (Reumatología Pediátrica), incluso a veces sucede que médicos generales, familiares u otros especialistas se venden como "diabetólogos" u otras especialidades que no tienen. En las áreas de estética es muy común.
Aunque estas sólo son algunas recomendaciones, al final los que tienen la última palabra son los papás al momento de confiarle la salud de sus pequeños a un médico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario