miércoles, 10 de abril de 2019

MITOS AL MOMENTO DE ELEGIR MÉDICO

Muchas veces los papás tienen dificultades al momento de elegir al médico que atenderá a sus hijos para determinados problemas o en determinadas circunstancias. Y es que para la gente que no está familiarizada con el área de la salud es una decisión realmente difícil (incluso muchas veces para los que sí lo estamos).

Existen algunos algunos mitos que pueden influir en esta decisión:

Mito: Que el médico no sea ni muy joven ni muy viejo.
Realidad: La edad no tiene mucho que ver con respecto al conocimiento del médico en cuestión. En Medicina importa mucho más la evidencia que la experiencia, y cuando un médico especialista joven inicia sus labores formales, ha cursado al menos 6-7 años de medicina general, 3-5 años de especialidad y si es subespecialista, 2-4 años más de formación de tiempo completo y presencial con el paciente. Es decir entre 9 y 15 años de estudio en los cuales ha visto muchísimos pacientes y muchísimas patologías, y obviamente, leído miles y miles de páginas de información. Por otro lado, también es falso que mientras más tiempo pase, los médicos se encuentran más desactualizados, especialmente en las subespecialidades, la mayoría de médicos tratan de estar al día en la información nueva. Los médicos mayores, mientras conserven sus facultades mentales en el mejor estado posible, no tienen porque ser poco confiables, cada quien sabe su momento ideal para retirarse. ¡Hay excelentes médicos de todas las edades!

Mito: El médico más famoso es el mejor.
Realidad: Completa y absoluta falsedad, muchas veces el médico más conocido es el que ha logrado crear una buena mercadotecnia o al que más se le facilita relacionarse con las personas, o incluso el que ha tenido suerte. Por supuesto, hay médicos muy conocidos que son excelentes. La capacidad profesional no tiene que ver con el número de pacientes que se tiene o con el lugar en donde alguien tiene su consultorio o donde trabaja.

Mito: Mientras más cara la consulta, mejor es el médico.
Realidad: Similar al punto anterior.

Mito: Los médicos que atienden de manera privada son mejores que los que atienden en las instituciones públicas.
Realidad: Otro mito muy esparcido. Tanto en la medicina privada como en la institucional hay excelentes médicos. Muchas veces en la medicina institucional no pueden demostrarse completamente por falta de recursos, por volumen de pacientes u otras situaciones que son difíciles de controlar. Algo muy importante que se debe aclarar es que, sin lugar a dudas, en la medicina institucional llegan los pacientes más complejos y complicados, lo que incrementa su dificultad para tratarlos y por lo tanto la posibilidad de un mal desenlace.

Mito: Existen médicos que pueden hacer de todo o que curan todo.
Realidad: Si un médico se vende como un "todólogo" hay que desconfiar. No existen médicos perfectos. Sin lugar a dudas, todos nos podemos equivocar (obvio siempre estamos en preparación continua para que las equivocaciones sean las mínimas y las menos graves, pero nadie está exento). A veces es mejor que en determinada circunstancia un médico reconozca ante su paciente que necesita ayuda de alguien más experto que el en una determinada área y si un médico lo hace con usted lo correcto no es desconfiar sino agradecerle una referencia oportuna a otro especialista. La medicina es tan amplia que ni los subespecialistas lo sabemos absolutamente todo de nuestra área y a veces tenemos que ir a buscar información, discutir algunos casos con otros colegas o incluso solicitar una segunda opinión. Si alguien presume de saberlo todo definitivamente desconoce de mucho.

Y para finalizar, les dejo un mito de mi especialidad troncal (la Pediatría).

Mito: Solamente existen los pediatras, si mi hijo tiene algo muy complejo tengo que ir con otros especialistas.
Realidad: Existimos también los subespecialistas pediátricos. Es decir, que después de terminar la especialidad de Pediatría hicimos 2-4 años más de residencia médica en un área específica de la Pediatría. Entonces, así como existe el reumatólogo, el cardiólogo, el dermatólogo, etc. También existe el reumatólogo pediatra, el cardiólogo pediatra, el dermatólogo pediatra, etc. Por lo tanto, todos los niños y adolescentes deben ser atendidos por pediatras y subespecialistas pediátricos y no por especialistas de adultos, las enfermedades son diferentes y se manifiestan diferente. Como comenté todos los subespecialistas pediátricos igual somos pediatras (como cualquier otro pediatra). Es falso también, que sea mejor acudir directamente con un subespecialista pediátrico, para nada, si usted acude con un pediatra que decidió no formarse en un área en específico, usted está en lo correcto, si en algún momento el pediatra considera que su hijo(a) necesita la valoración de un subespecialista pediátrico seguramente lo enviará y por otro lado, los subespecialistas pediátricos también podemos ver y tratar las cosas habituales que trata cualquier pediatra (aunque algunos han decidido dedicarse sólo a su área y es muy respetable).

Estos son algunos mitos que he escuchado. Los invito a poner en los comentarios otros mitos que consideren y con gusto se los aclararé.

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